Bailand Filosofía

Del bosque vengo,

arropado de amor y besos,

de música y baile de huesos,

de sol y agua de río,

de risas y cantos y alaridos,

de susurros y de mimos,

del bosque he venido.

Al bosque me dirijo, con un regalo debajo del brazo.

Un regalo que me ha hecho Miriam Velasco.

Y es el mismo que yo la he regalado.

Porque los dos cumplimos hoy años, 20 de octubre…

20-10-20

Porque los dos nos hemos comprometido a lanzar a un mundo convulso e incierto una propuesta y una apuesta de amor.

Un bosque de Bizkaia.

¿Sabéis que en Euskera “Bai” significa “Sí”?

Entonces Bai Land será la tierra del sí.

Un sí a la vida a través del baile.

En lo profundo del bosque haremos hogar.

Así da gusto celebrar años, celebrar que naces una vez más.

Gracias Miriam por la amistad, y por el inicio de una hermosa sociedad.

Gracias Jon Ander por el cartel, por tu arte para transformar mis palabras en imágenes…

Gracias Martha Jap, Tomas C Amarilla, Josentido Salas, Arun Ji, y Leilani Weis por el SÍ! por querer compartir vuestro arte, vuestro ser y vuestro saber con nosotras.

Gracias a tantas orejas y manos, a tantas voces que en los últimos años me han animado a seguir, piano piano, caminando para encontrar alguna verdad en la vida, en el arte, en la mirada, en la música, en el baile, en el fuego de la cocina….

La verdad es un bosque.

Yo soy humus, y soy hoja en la copa del roble,

soy gusano, y raíz que absorbe,

soy un ciclo con mayúscula en la u,

porque también lo eres tú,

somos bosque de tú a tú.

Gracias a ti que lees, aunque no esté de moda,

porque tu mirada me sabe a sopa de abuela,

me reconforta, me calienta, me alimenta.

Gracias familia, la que está, la que me parió, la que se fue,

gracias amigos, los que perduran y los que partieron, los que visitan los sueños,

los que son como gafas, y ayudan a ver de cerca o de lejos.

Gracias maestras y maestros, por irme ayudando a soltar este torpe cuerpo, este tosco intelecto, este corazón recio, este espíritu perdido en los océanos de un siglo sin horizonte,

gracias por ser tablón, isla, puesta de sol hacia la que nadar, gracias por ser mar.

Gracias yo, Yo, eYo, superYo, YOYOYO, noyo, qué se yo, por algo que todavía no sé, pero intuyo que en la hora de mi muerte me hará sonreír tranquilo, satisfecho, feliz.

Gracias por las felicitaciones que ya llegaron, que están, que vienen de camino, gracias y que las felicitaciones sean felicidades para todas las estaciones, para todas las opciones, para todas las condiciones…

Insisto: quiero un nuevo mundo futuro que sepa a croquetas de abuela.

Ojalá cuando muera sonría porque lo hayamos conseguido.

Ánimo, suerte, amor en el camino.

Creamos espacios de ensueño compartido

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