Tener a Karen Rubio Lugo dando clases de danza en BaiLand, y que enlace con un concierto en movimiento de Rocío Marquez y Bronquio, es otro de los hitos imposibles de este festival inaudito.
A Karen la conocí hace 10 años, cuando vivía yo con la guitarrista flamenca Betina Flater, y solíamos ir a la Casa Persa (imprescindible lugar de música sufí, donde Majid Jabadi suele tocar con genios del flamenco como Jorge Pardo, El Bola, Antonio Lizana…).
La primera vez que vi bailar a la Karen, sin entender yo de aquel arte más que lo que la intuición y sensibilidad me decían, flipé. La capacidad de expresión de aquel cuerpo era algo que me fascinaba, y en aquellos movimientos encontraba acentos no sólo flamencos, sino de muchos lugares del mundo.
De su participación en BaiLand, Karen nos dice:
“Escucha
La primera parte del trabajo creativo será liderado por la escucha, la intuición. Es muy importante darnos el tiempo de escuchar lo que quiere surgir de manera natural para entrar en esta propuesta de trabajo.
Movimiento
Ejercicios concretos que nos ayudarán a encontrar la esencia del movimiento natural del intérprete y así mismo nos mostrarán el camino para romper con sus patrones de movimiento, para ir más allá de su zona de confort.
Trabajaremos en base a la sutileza de las sensaciones encontradas. Cómo nace el movimiento a través del sentimiento propio, cómo se pueden mejorar y concretar estas secuencias de movimiento para hilarlas entre sí y crear poco a poco eso que llamamos coreografía
Trabajar de esta manera ayudará a despertar al creador interno, que en este caso es mi mayor interés, mi papel radica en sacar lo mejor del intérprete, dirigir el movimiento y la energía, ser un ojo crítico y organizar todos los resultados para terminar la construcción coreográfica.”
Y sobre ella, Karen nos dice:
“Mi labor radica en poner a disposición el ambiente y las herramientas necesarias para que el trabajo de cada individuo fluya naturalmente y así poder tejer un discurso grupal que se mostrará al público al finalizar el taller.
Me gusta bailar, el movimiento, la danza, el dibujo efímero en el aire, la percusión con la tierra. Me gusta la música y me gusta imaginarme en distintas posibilidades, distintos personajes, distintas realidades.
La danza es mi herramienta, el arte es mi arma, es mi respuesta.
Tal vez me gusta jugar a ser artista porque es un medio para trascender algunas de mis limitaciones, para hacerles frente, para jugar con ellas, para dejar de negar mi propia sombra e intentar hacer algo con ella.
El arte es terapéutico por naturaleza, hablar de mí es hablar de ti, hablar del todo es hablar de nosotros.”
Os podéis pasar por su web para saber más de una figura imprescindible en el flamenco de hoy.