Bailar es hacer el amor con el espacio

Bailar

es hacer el amor con el espacio.

El espacio somos tú

yo

las paredes

el vacío bajo el techo

sobre el suelo,

(un vacío repleto de moléculas y fotones,

de ondas de radio

y gravitacionales),

el espacio somos nosotros,

un espacio con muchos túes,

donde también yo soy un tú,

y podemos hablar de tú a tú,

porque bailar es hablar de tú a tú.

Y como bailar es hacer el amor con el espacio,

con un espacio habitado de tues,

bailar debe ser algo así como la promiscuidad sin límites,

una suerte de poliamor que,

mirado de muy cerquita,

o de muy muy lejos,

sólo es amor

y nunca poli.

Pues amar es bailar con todo,

y es todo el amor en uno,

y el amor es todo uno:

amar es bailarlo todo

amar es bailarse uno.

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